26.12.08

Su último acorde tuvo una reverberación larga y efectiva en la caja.
El saludo no fue importante, ni siquiera para ella.

Al la estaba esperando como de costumbre. Idea a la cual no se acostumbraban.

Entonces los bares, los scotch, los vení perra puta, los sabés que tu mamá lame cada noche al comisario, como en este mismo momento...

Entonces, en esos momentos, un único indicio de alivio era la certeza de que lo vería prontamente destripado.